El pasado 15 de febrero tuvimos la suerte de disfrutar de una mañana completa en compañía de uno de los clásicos juveniles más importantes de nuestra literatura (a pesar de que a él este apelativo de clásico le suene mal): Alfredo Gómez Cerdá. Todos los que asistimos pudimos comprobar que se trata de una persona cercana, amable y muy muy muy amena. El respetuoso silencio con el que todos escuchamos sus respuestas a las preguntas planteadas por alumnos de todos los cursos solo puede explicarse por el interés suscitado por sus palabras. Seguro que seguiremos leyendo y releyendo sus obras, ahora más que nunca.
¡Gracias Alfredo!